domingo, 29 de junio de 2008

A Portugal le duele la cabeza

Scolari avisó en la previa del partido que el principal peligro de Alemania era su juego aéreo pero no pudo hacer nada por evitarlo


Scolari tenía razón. Decía el seleccionador de Portugal en la previa del partido ante Alemania que lo que más temía era el poder aéreo germano. Y no cabe duda de que "Felipao" es un entrenador con mucha capacidad de análisis: dos de los tres tantos de los teutones fueron de cabeza y en sendos lanzamientos de falta.

El problema para el entrenador brasileño, que hoy ha dirigido su último partido al frente del combinado luso tras haber fichado por el Chelsea, es que no ha podido hacer nada para contrarrestar la capacidad de remate de los alemanes. Klose se ha librado fácilmente de Cristiano Rolando para poner el 0-2 en el marcador mientras que Ballack, en el 1-3, ha vuelto a destapar las carencias de los portugueses en el juego por arriba.

Algunos dirán que Luiz Felipe Scolari debería haber optado por introducir algún cambio en el centro de la defensa. Bruno Alves (1,90) y Fernando Meira (1,88), sus dos zagueros más altos, estaba en el banquillo. Otros dirán que el error de Portugal ha sido que los jugadores dedicaran sus días libres a negociar astronómicos traspasos a otros clubes. Pero el principal handicap del equipo portugués ha sido encontrarse con una Alemania que ha recuperado sus señas de identidad.

Ante Croacia y Austria, los germanos no estuvieron al nivel que se esperaba de ellos. No demostraron la potencia, la fuerza, la determinación, las características que históricamente les han hecho grandes. Incluso hoy mantuvo esta dinámica en los primeros instantes del partido. Pero todo cambió a partir del primer gol. Alemania pasó a estar encantada de reconocerse. Cerraba bien los espacios y salía directa y con mucho empuje.

Portugal, en cambio, se olvidó de jugar. Abandonó sus señas de identidad, abandonando el toque, y se dedicó a buscar infructuosos pases largos que eran muy difíciles de controlar por sus delanteros. Fueron 10 ó 15 minutos en que los lusos estuvieron perdidos. Los portugueses pecaron del algo que se les venía criticando antes de empezar la Eurocopa: de falta de liderazgo. Cristiano Ronaldo y sus compañeros demostraron que son un conjunto con poca experiencia en situaciones límite.

Fue Deco quien, finalmente, se hizo con las riendas de su equipo. Se convirtió en el mariscal de campo, organizando el juego de Portugal, marcando el ritmo necesario en cada momento. "Qué lástima -pensarán los aficionados blaugrana- que Deco no haya estado a este nivel durante toda la temporada". Con el balón circulando por el césped, los sureños lograron acortar distancias con sus rivales del norte.

Llegaba el descanso y Scolari tenía tiempo para reflexionar sobre los errores de su equipo, sobretodo en el juego aéreo. Pero no hubo cambios. Pero, al cuarto de hora de la segunda parte, los mismos fantasmas se le aparecían a "Felipao". Schweinsteiger, quien ya había servido el libre directo que permitió a Klose marcar su primer gol en el campeonato, sacó una nueva falta. Ballack conectó su cabeza con el balón para enviarlo al fondo de las mallas.

Tampoco es que Alemania hubiera disfrutado de muchas ocasiones, pero la realidad es que es una selección con mucho oficio. Portugal empezó a ver negro su pase a semifinales. Con el gol de Hélder Postiga, los aficionados lusos albergaron alguna esperanza en su corazón, pero ya era demasiado tarde. Joachim Löw, sancionado con un partido tras ser expulsado por Mejuto en el encuentro ante Austria, celebró efusivamente el pase de su equipo desde el palco privado desde donde siguió el encuentro. Es posible que ya pensara en una posible revancha ante Croacia, con el permiso de Turquía.

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