martes, 17 de junio de 2008

Dr. Jekyll y Mr. Hyde

España juega su mejor fútbol cuando tiene la posesión del balón pero se transforma en el momento en que las cosas empiezan a ponerse negras

España es como el Doctor Jekyll y Mister Hyde. Es un equipo que juega bien cuando controla el balón, cuando mueve la pelota de un lado para otro buscando desajustar a la defensa rival para encontrar espacios y poder crear peligro. Este es el nuevo estilo de la selección, el que se imprime desde que son Xavi, Iniesta, Silva, Cesc,… los que comandan al equipo. Y con este sistema es como el equipo se ha convertido en uno de los candidatos a ganar la Eurocopa.

Pero llega un momento durante los partidos, cuando el equipo contrario empieza a quitarse de encima el control español y llega con más asiduidad a las inmediaciones de Casillas, que el combinado de Luis Aragonés sufre una transformación y se convierte en un monstruo, en un conjunto que vuelve a la caverna futbolística: la defensa recula tanto que prácticamente se mete bajo los palos de la portería mientras que, tanto los centrocampistas como los centrales, se dedican a buscar insistentemente el pase largo como única opción de ataque.

Esto es lo que ha pasado ante Suecia desde que Fernando Torres ha conseguido el primer gol y, a los pocos minutos, Puyol abandonaba el campo lesionado. Con la baja del jugador del Barça, nadie ha mandado a la zaga que redujera la distancia entre líneas. Tampoco los centrocampistas han asumido los galones para tranquilizar el juego y evitar los pelotazos a seguir. Los nervios se han ido apoderándo de todos los jugadores y ha acabado llegando el gol de Ibrahimovic.

En la segunda parte, el brebaje que tenía a España enjaulada en el cuerpo de Mr. Hyde ha dejado de hacer efecto, sobretodo porque la estrella de Suecia y del Inter de Milán se ha quedado en la caseta. Aragonés ha hechos dos cambios con la intención de recuperar el estilo de los primeros minutos, y lo ha conseguido. El rival se ha encerrado en su campo, agazapado, esperando el error de los futbolistas de la "roja" para poder salir a la contra. Pero los españoles no se han desesperado y han vuelto a tocar y tocar. Era un rondo estéril pero que servía para que la selección no sufriera tanto defensivamente.

Un apartado a parte para Sergio Ramos. El lateral derecho español tiene un problema. Su espíritu indomable lo lleva inexorablemente hacía adelante, subiendo constantemente al ataque. Esto genera importantes desajustes defensivos. Lo normal sería que Senna le hiciera la cobertura al jugador del Madrid, pero el centrocampista brasileño no puede estar constantemente perdiendo la posición.

De esta forma, es el centrocampista el que tiene que bajar para cubrir el espacio que Ramos deja vacio. Cuando es Iniesta el que se mueve por aquella banda, el blaugrana pierde su capacidad para crear juego. Cazorla controla mejor esta situación pero aporta menos en la construcción. La verdad es que Luis Aragonés tiene un dilema de difícil solución.

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